El desafío de usar elementos comunes como herramientas científicas: un ejemplo marino

Debido a la heterogeneidad de los fondos marinos se necesita un elevado numero de observaciones para encontrar las regularidades, campañas de medidas interminables, aparatos de medida sofisticados y costosos y complejos análisis numéricos y estadísticos. Con el fin de abaratar costes y emplear la electrónica  de consumo habitual ya desarrollada, investigadores de la Agrupación OCEANO-ECIMAT del grupo de Oceanografía Física de la Universidad de Vigo (Noela Sánchez), de la UNED (Daniel Rodríguez) y del grupo de Ecología de peces del CENPAT (Argentina), estudian la posibilidad de emplear datos acústicos obtenidos con sondas similares a las sondas de uso pesquero, presentes hasta en embarcaciones pequeñas, para detectar hábitats bentónicos.

Con el desarrollo de la electrónica de consumo, los científicos han propuesto recientemente soluciones ingeniosas para usar herramientas comunes para hacer su trabajo a un precio módico, como, por ejemplo, tarjetas gráficas de ordenador desarrolladas para los videojuegos y empleadas en medicina y oceanografía. En la ciencia marina, especialmente en el estudio del fondo marino, se emplean ecosondas científicas y programas de ordenador altamente especializados y muy costosos para estudiar algo que todo el mundo puede “ver” en sus sonares de embarcaciones pequeñas y medianas. Frente a este hecho, los investigadores se plantearon usar esta electrónica de consumo como sonar o detector de hábitats bentónicos.

Tal y como explican Noela Sánchez y Daniel Rodríguez, aunque todas las ecosondas siguen el mismo esquema general, en función de cual sea el objeto de estudio (los bancos de peces, el plancton, los fondos marinos,…), y del presupuesto del comprador, las ecosondas científicas varían en sus características técnicas: frecuencias utilizadas, anchura de los haces acústicos, número de transductores trabajando sincrónicamente, etc. En estudios de hábitats bentónicos, estas características determinan, entre otras cosas, el “cuándo” y “dónde” llega la onda acústica al fondo marino y el detalle que proporciona de él (la profundidad a la que se encuentra, las formaciones acústicamente diferentes que hay en él, etc.) de forma que cuanto más detalle, más cara es la ecosonda. En los barcos pesqueros y de recreo hay a menudo ecosondas que muestran los objetos en la columna de agua (peces, algas) y el fondo marino en pantallas electrónicas. Estas ecosondas no buscan la estabilidad de la señal acústica ni la buena relación señal ruido en la recepción, ni más detalles que la distancia a la que se encuentran los “obstáculos”. Sin embargo, por motivos de visualización, adquieren una información similar a la que guarda el software de las ecosondas científicas. Noela, Daniel y sus colaboradores analizan como usar esta información “visual” para hacer estudios “low-cost” del fondo marino. El objetivo siguiente sería hacer un análisis estadístico (con R) que les permita diferenciar todavía más tipos de fondos, como ya se ha hecho con ecosondas científicas.

En Galicia hay más de 4000 barcos pesqueros de bajura y casi 20000 barcos de recreo. Si el uso de sondas de barcos pesqueros que proponen los investigadores de la Universidad de Vigo, la UNED y el CENPAT funciona…. ¿imaginan qué cantidad de información podríamos tener sobre nuestros fondos?

Para más información consulte nuestro blog:
https://oceanoecimat.wordpress.com/2016/02/09/el-desafio-de-usar-elementos-comunes-como-herramientas-cientificas-un-ejemplo-marino/

Fotografía de Gastón Trobbiani & Alejo Irigoyen