El color de la glándula digestiva de las paralarvas del pulpo como indicador de su estado nutricional durante el cultivo

La falta de una dieta idónea para los primeros días de vida, la necesidad de la estandarización de las técnicas de cultivo y los escasos conocimientos que se tienen sobre la fase postlarvaria en medio marino son las principales causas del fracaso en el cultivo comercial de la especie conocida comúnmente como pulpo de roca y científicamente como Octopus vulgaris. Hace muchos años que investigadores e investigadoras de todo el mundo se dedican al estudio de la acuicultura de esta especie, que por sus características biológicas y fisiológicas es un recurso ideal para el cultivo al presentar un crecimiento muy rápido, una gran fecundidad y una muy buena adaptación a la cautividad. Sin embargo, la acuicultura de esta especie sigue estando limitada por la elevada mortalidad en los primeros días de vida, pues durante el primer mes la paralarva presenta mortalidades de hasta un 99%.

El estudio del cultivo del pulpo comenzó con el proyecto Octophys, proyecto centrado en las necesidades metabólicas de esta especie y que dio lugar a la creación de un protocolo de enriquecimiento y permitió la mejoría en el crecimiento de la paralarva. En la actualidad, el estudio del cultivo prosigue con el proyecto Octowelf, centrado en el bienestar y salud en las primeras fases de la vida del pulpo común, el efecto de la nutrición y de los factores ambientales. Las universidades de Vigo, Granada y La Laguna; el IEO de Vigo y Tenerife y el CSIC de Vigo participan en este proyecto, en el que se encuadra el estudio sobre la viabilidad de emplear el color de la glándula digestiva de las paralarvas como un indicador de la alimentación exógena durante los primeros días de vida. Este trabajo forma parte de la tesis doctoral de la investigadora Raquel Fernández Gago, tesis dirigida por Francisco Rocha, docente e investigador del Departamento de Ecología y Biología Animal de la Universidad de Vigo, y desarrollada en colaboración con el Instituto de Investigación Marina Havforskningsinstituttet de Noruega.

Uso de índices nutricionales o de condición

“Los estudios actuales se centran en determinar las fuentes de estrés en el cultivo y los genes que se expresan durante el mismo, así como el estudio de índices de condición o nutrición”, explica la investigadora. Raquel Fernández recuerda que durante los primeros días de vida las paralarvas deben aprender a comer, por lo que la alimentación se convierte en un de los factores más importantes dentro del cultivo que pueden desencadenar estrés. En medio natural las paralarvas se alimentan de larvas de Carideos y Brachiuros, pero en el cultivo, ante la imposibilidad de ser alimentados con estas especies, se suministra Artemia sp la cual no cubre todas las necesidades nutricionales de las paralarvas, registrándose, como consecuencia, altas mortalidades en el cultivo.

“El uso de índices nutricionales o de condición se basan en que durante los períodos de inanición algunos órganos, entre ellos algunas glándulas, son más sensibles y sufren modificaciones en períodos cortos de tiempo, modificaciones que permiten establecer índices nutricionales que determinarán el estado de salud de los animales”, explica Raquel Fernández. En la actualidad los índices más usados en cefalópodos se basan en medidas morfométricas, determinación del peso seco, longitud total o enzimas digestivas, que aunque ofrecen mucha información, suponen una destrucción total del animal.

Un método no destructivo y fácil de aplicar

El estudio realizado por Raquel Fernández propone la glándula digestiva de las paralarvas como un indicador idóneo del estado nutricional “porque es fácil de ver a través del manto transparente” y muchos autores demostraron que este órgano sufre modificaciones histológicas durante lo proceso de digestión. Para llevar a cabo la investigación se recogieron varias tiras huevos de la ría de Vigo, correspondientes a una puesta natural, siendo trasladadas a la ECIMAT. Tras la eclosión de los huevos se realizó el cultivo, en el que se midieron diariamente las condiciones nutricionales de los animales, observando los cambios presentes en la glándula digestiva, para lo cual fueron fotografiados tras ser anestesiados para disminuir su estrés. “Este método no destructivo permite observar cambios, fácilmente apreciables en la glándula digestiva tras la aceptación del alimento por el animal, cambios que serán cuantificados tras las medidas de las diferentes áreas de color presentes en las glándulas digestivas”, explica la investigadora, quien señala que “el uso de esta técnica permitió relacionar las modificaciones de esta glándula con el estado nutricional, lo que supone un gran avance para determinar el estado nutricional de las paralarvas del pulpo en su cultivo”.

Fuente: duvi

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https://oceanoecimat.wordpress.com/2016/03/15/diseno-de-una-herramienta-de-utilidad-para-determinar-si-las-paralarvas-de-pulpo-se-alimentan/