Desde comienzos de la revolución industrial hasta la actualidad las actividades humanas liberaron a la atmósfera gran cantidad de gases de efecto invernadero, siendo el más destacable el dióxido de carbono, CO2. El calentamiento global es una de las consecuencias del aumento de la concentración de este gas en la atmósfera, pero no es la única. Los océanos, a través de su capa más superficial, funcionan como sumideros de este CO2 atmosférico llegando a absorber gran parte de este excedente gaseoso. Cuando el CO2 se disuelve en los océanos da lugar a unos cambios en los equilibrios químicos del agua del mar que resultan en un descenso del pH. Este proceso, que está ocurriendo ya en la actualidad, se conoce como Acidificación Oceánica. Se estima que a finales de este siglo la bajada de pH, acidificación, puede ir desde las 0,3 hasta las 0,7 unidades pudiendo tener graves efectos sobre los ecosistemas marinos, sus organismos y las relaciones que se establecen entre ellos y con el medio. Las bacterias heterotróficas de los océanos son una parte muy importante de estos ecosistemas marinos ya que son las encargadas de reciclar toda la materia orgánica producida por los otros organismos y permitir así que se vuelvan a emplear estos nutrientes en la cadena trófica de los océanos.
El estudiante de doctorado Antonio Fuentes Lema, dirigido por la Dr. Cristina Sobrino García, ambos pertenecientes al Grupo de Oceanografía Biológica de la Universidad de Vigo y a la agrupación estratégica Océano-ECIMAT, con la colaboración de investigadores del Instituto Español de Oceanografía, el Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC y el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía-CSIC, realizaron un estudio con el objetivo de conocer las respuestas de las comunidades bacterianas de la Ría de Vigo y su relación con las comunidades fitoplantonicas por medio de la materia orgánica que estas producen ante el futuro escenario de acidificación oceánica.
Los experimentos tuvieron lugar en la ECIMAT y consistieron en incubaciones de muestras de agua de mar de la Ría de Vigo en los mesocosmos que posee la ECIMAT al aire libre. En la mitad de los tanques se simularon las condiciones de acidificación oceánica esperadas para finales del presente siglo mediante la aireación de los cultivos con una mezcla de aire atmosférico y gas CO2 comercial. En la otra mitad de los cultivos se aireó con aire atmosférico, con el fin de simular las condiciones actuales de los océanos. A mayores se realizaron incubaciones de las bacterias heterotróficas en las instalaciones isotérmicas de la ECIMAT, manteniendo así condiciones de oscuridad y temperatura constante y controlada. Al igual que en el caso del fitoplancton, la mitad de las unidades experimentales fueron aireadas con la mezcla de aire y CO2 y la otra mitad con aire atmosférico. Por último y muy importante, a todos los cultivos bacterianos se les añadieron los inóculos de materia orgánica acidificada y no acidificada conseguida en las incubaciones del fitoplancton descritas previamente. Durante el experimento se hizo un seguimiento de la evolución de las comunidades bacterianas y de la materia orgánica producida por el fitoplancton.
Como resultado se observó que las bacterias de la Ría de Vigo no respondieron directamente a los efectos de la acidificación oceánica, porque en el experimento realizado se constató que las bacterias fueron indiferentes las diferentes condiciones de pH en las que se incubaron. Sin embargo, las bacterias sí que respondieron de manera diferente ante la adicción de la materia orgánica que fue producida por el fitoplancton en condiciones de pH semejantes al escenario esperado de acidificación oceánica. Se observó que en la mitad del transcurso de las incubaciones, las bacterias crecieron en mayor numero cuando éstas empleaban como sustento la materia orgánica producida en ambientes ácidos. Por el contrario, en los últimos días del experimento, la producción bacteriana fue mayor cuando se realizaron incubaciones donde se añadió materia orgánica producida bajo niveles normales de pH. Por lo tanto, en un escenario futuro de acidificación, la población bacteriana sería menor con el paso del tiempo.
Los investigadores resaltan con estos resultados que las bacterias de la Ría de Vigo no responderían directamente ante los efectos de la acidificación oceánica que podría suceder en la Ría de Vigo a finales de siglo. Sin embargo, existen otras vías de interacción a nivel de ecosistema entre diferentes organismos y sus relaciones que asemejan producir efectos de una manera indirecta en las comunidades bacterianas. Este estudio se presenta como el primero de muchos pues es necesario conocer más a fondo la respuesta de estas interacciones ante las nuevas amenazas que están por venir.
Este estudio se contextualiza dentro de la tesis de Antonio Fuentes Lema, quien intenta dar respuesta a cómo el incremento de la radiación ultravioleta sobre la superficie del mar y el aumento de la concentración del CO2 en la atmósfera juegan un papel muy importante en las comunidades planctonicas de los océanos abiertos y de los ambientes costeros.
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