Tres investigadores de la agrupación Oceano-Ecimat (Mariano Lastra, como IP, Jesús López y el director de la Ecimat, Jesús Souza Troncoso) y dos de la USC (José Emilio Mora y Manuel Ángel García) están finalizando los últimos preparativos para partir hacia la Antártida desde Vigo el próximo 29 de enero. La base militar española Gabriel de Castilla, en isla Decepción, será su hogar. Este equipo, liderado por Mariano Lastra, desarrollará uno de los 20 proyectos de investigación nacionales e internacionales seleccionados para la XXIX Campaña Antártica, en la que participan un total de 100 científicos y que durará 100 días. La ECIMAT acompañará a los investigadores vigueses desde la distancia e irá retransmitiendo a través de nuestro blog y de nuestra web el trascurso de la campaña.
Base militar Gabriel de Castilla
La experiencia del equipo gallego en la Antártida es amplia y profunda. Tras cinco campañas previas tratarán de analizar los procesos ecológicos y biogeoquímicos asociados a la descomposición de algas en los intermareales sedimentarios de Puerto Foster, en la Isla Decepción. El proyecto tiene una duración total de tres años, un presupuesto de 50.000 euros y comprende dos campañas en la Antártida, la de este febrero y otra justo un año después. El objetivo es crear un modelo para predecir el efecto de la actividad geotérmica en el litoral antártico.
La isla Decepción es una caldera volcánica activa que conforma una isla con forma de anillo, cuyo centro es la bahía Foster. El litoral presenta frecuentes calentamientos geotérmicos, por lo que la costa en determinadas zonas registra elevadas temperaturas y fenómenos como fumarolas y emisiones de vapor de agua y otros gases de origen volcánico como metano, CO2 o sulfuro de hidrógeno. En el verano austral las playas de la isla, catalogada como Sitio de Especial Interés Científico y como Zona Antártica Especialmente Protegida (ZAEP 140), reciben importantes aportaciones de masas de algas que se desprenden y finalizan en la costa intermareal. «Estos materiales tienen una enorme importancia ecológica, dado que suministran alimento y hábitat para muchas especies de invertebrados», recalca Lastra, que explica también que «el reciclaje de esta biomasa es el origen de interesantes procesos biogeoquímicos que dan lugar a la liberación de nutrientes al medio costero».
Illa Decepción
En el caso de la bahía Foster, las fumarolas y fuentes hidrotermales condicionan los patrones de descomposición de la biomasa algal, su colonización, consumo, flujo de nutrientes y emisión de gases. Para analizar estos procesos se llevarán a cabo muestreos de campo y varios experimentos de manipulación del medio natural. Se calculará el stock, la tasa de reemplazo y la descomposición de macroalgas en ocho estaciones de muestreo distribuidas en toda la costa. La hipótesis de partida del proyecto es que tanto las elevadas temperaturas como los gases afectan a los procesos ecológicos y biogeoquímicos asociados a la descomposición de la biomasa de macroalgas depositada en grandes cantidades por las mareas. El objetivo final del proyecto es generar un modelo del funcionamiento acoplado de los ecosistemas litorales de bahía Foster. Para esto, los científicos realizarán muestreos en las playas con métodos cuantitativos antes y después de la llegada masiva de las algas, para analizar así las consecuencias de su calentamiento y descomposición, tanto por el efecto del sol como actividad hidrotermal.
Un equipo como el gallego, que ya cuenta con experiencia previa en el continente helado, valora muy positivamente este emplazamiento como lugar de investigación. «Trabajar en la Antártida es trabajar en condiciones ideales para un científico; el ambiente es singular y poco conocido, en el cual casi todo está por estudiar y, además podemos dedicar el 100% del tiempo al trabajo».
Fuente: Duvi