El Centro de Investigacion Marina se postula como referente mundial en la preservación funcional de recursos biológicos marinos

La preservación de recursos biológicos marinos en estado funcional en cualquier época del año supondría una auténtica revolución para la I+D marina al reducir de manera significativa los costes, tanto de recolección, como de mantenimiento de organismos en cautividad, así como los problemas asociados a la estacionalidad de los recursos. Aunque la criobiología comenzó a aplicarse al medio marino a mediados de la década de 1970, en la actualidad no existen más de una docena de laboratorios en el mundo dedicados, en la mayor parte de los casos a tiempo parcial o como actividad secundaria, a esta disciplina científica, en la que existen muy pocos protocolos que tengan éxito criopreservando células de peces, moluscos o microalgas.

El Centro de Investigación Marina de la Universidad de Vigo, consciente de esta oportunidad estratégica, trabaja desde hace años para confirmarse como una referencia internacional en este ámbito, centrándose en el desarrollo de metodologías que contribuyan a la mejora del funcionamiento de los grandes biobancos marinos existentes y con los que el centro está colaborando. “El desarrollo de tecnologías que permitan conservar de manera más simple y menos costoso esos recursos biológicos, resulta una prioridad para cualquiera que quiera llevar a cabo investigación biológica marina”, explica la investigadora Estefanía Paredes, que se incorporó al centro vigués hace unos meses tras su experiencia postdoctoral en el laboratorio de Peter Mazur, la gran referencia mundial en criobiología.

La principal misión del Servicio de preservación funcional de recursos biológicos marinos, localizado en las instalaciones que el Centro tiene en la Isla de Toralla, es el de desarrollar metodologías que, una vez debidamente testadas, serán puestas a disposición de la comunidad investigadora marina para su uso y la preservación de material biológico. “Esperamos que los primeros protocolos estén disponibles a partir del cuarto trimestre de este año”, señala Paredes, que recuerda que el almacenamiento de material biológico de manera estable permite también la conservación de líneas genéticas de especial interés, “tanto en acuicultura, como en investigación, permitiendo cruces entre poblaciones distantes geográficamente o de diferentes años o épocas de puesta, lo que acerca una gran flexibilidad a la I+D marina”.

Un láser de infrarrojos para descongelación ultrarápida aplicado a tipos celulares marinos

Fani laser 120917La reciente adquisición, gracias a la financiación conseguida en la convocatoria de infraestructuras científicas 2015 del Mineco, de un láser de infrarrojos para descongelación ultrarápida, diseñado en el laboratorio de Peter Mazur en la Universidad de Tennessee, supondrá además de un salto cualitativo en la actividad del Centro, una innovación mundial. “El método permite conseguir velocidades de congelación de 69,000ºC/mí (vitrificación) y tasas de descongelación de 10 millones de grados por minuto. Con esta tecnología, que el Centro utilizará por primera vez en el mundo para tipos celulares marinos, se consiguió incrementar la supervivencia post criopreservación en células de ratón hasta conseguir tasas de casi el 100% y se probó con buenos resultados experimentales en otros organismos modelo no marinos”, detalla Estefanía Paredes, que durante los últimos cinco años trabajó en EEUU con este procedimiento.

Junto a este láser, el único existente en Europa y uno de los dos que hay en el mundo, el Centro de Investigación Marina de la Universidad de ¨Vigo adquirió también un biocongelador programable de última generación que permitirá incrementar la capacidad de criopreservación y trabajar con varias especies y volúmenes diferentes al tiempo. “Los congeladores biológicos tienen la capacidad de ser programados hasta el último detalle y nos permiten el diseño de protocolos de criopreservación muy especializados”, explica la investigadora.

Un centro implicado en dos proxectos internacionales

La apuesta del Centro de Investigación Marina por avanzar en el conocimiento de la preservación funcional de recursos biológicos del mar se traduce, por una parte, en su papel como líder del proyecto europeo para la implementación del Biobanco del Centro Europeo de Recursos Biológicos Marinos, financiado por el programa Interreg Atlantic Area con cerca de dos millones de euros y en el que junto al centro vigués participan las principales colecciones de cultivos marinos localizadas en Noruega, Irlanda, Reino Unido, Francia, España y Portugal, así como cuatro clústeres de biotecnología marina, seis empresas con actividad en el campo de la biotecnología marina y las administraciones competentes en España, Portugal y Reino Unido en materia de acceso a los recursos genéticos.

Por otra parte, el Centro lidera el subproyecto Cryomar, incluido como una Actividad Conjunta de Investigación (JRA-Joint Research Activity) en el proyecto europeo H2020: Assemble+, en el que se desarrollarán protocolos de criopreservación para diferentes organismos marinos usando técnicas y metodologías de vanguardia. El proyecto cuenta con una financiación de 10 millones de euros y en él participan 24 instituciones europeas.

Fuente: duvi